Es relativamente común la consulta: ¿es bueno que los niños usen gafas de sol?, y en ocasiones contestamos con otra pregunta ¿es bueno que los niños usen cremas con filtro solares?, pregunta a la cual no ha duda en la respuesta: SI. Esta cuestión hace rápidamente pensar –normalmente a los padres- que al igual que protegemos de un modo especial, con mimo y efectividad la piel de los mas pequeños, será igualmente importante filtrar los nocivos rayos uv y el exceso de iluminación para proteger sus ojos.
Una vez concienciados de que los niños han de utilizar gafas de sol en las mismas situaciones que lo haría un adulto, hemos de saber que la necesidad protectora es mayor aún para un niño pues las estructuras jóvenes que conforman su globo ocular son mucho mas sensibles a la radiación solar, precisamente por la inmadurez del órgano ocular. Por una parte estaremos protegiendo los ojos del niño ante efectos inmediatos (quemaduras, escotomas, alergias) y por otro lado estaremos favoreciendo una adecuada formación y educación sobre el mantenimiento de sus ojos y visión a largo plazo.
Actualmente está muy de moda hablar de los efectos nocivos de la radiación uv en personas mayores (cataratas, degeneración macular asociada a la edad, etc), y de hecho las alteraciones que encontramos con los años son, en su mayor parte, fruto del efecto acumulativo del exceso de radiación, más incluso en épocas no muy lejanas en las que la exposición excesiva al sol y el efecto bronceador del mismo, unido a los filtros “de juguete” utilizados, está provocando una prevalencia altísima de alteraciones muy graves como la citada DMAE que dejará ciega a muchas personas en este siglo (cerca del 50% de los europeos mayores de 65 años presentan signos de esta dolencia). Por lo tanto si desde edades tempranas concienciamos a los más pequeños al uso de las gafas de sol, del mismo modo que les pondríamos un casco para montar en bici, a lo largo de su vida las posibilidades de padecer este tipo de enfermedades se verán disminuidas notablemente.
En cuanto al tipo de gafa de sol, haremos hincapié en que sean debidamente homologadas, con filtro uv a 400 nm y categoría 2, 3 o 4 en función de la intensidad luminosa a la que vayan a ser usadas. De muchos precios podremos encontrarlas, pero de nada sirve el pensar: ”algo baratito que es para el niño” si con esa limitación estamos orientando al infante (nuestro hijo en muchos casos) un producto que puede perjudicar mas que proteger.
El material de las lentes habrá de ser orgánico o policarbonato, irrompible en caso de caída o accidente. Las encontramos incluso hoy en diapolarizadas con tratamientos antirreflejantes en la cara interna, con idénticas propiedades y beneficios que las mejores opciones de adulto.
Las monturas suelen ser normalmente de “pasta”, entendiendo por tal diferentes tipos de polímeros plásticos, acetato, nylon, SPX (adidas) que suelen ser muy resistentes a la torsión y no dejan aristas afiladas en caso de rotura.
En el ámbito deportivo encontramos alternativas como la colección infantil de Bollè, que con diferentes tallas, diseños y coloraciones cubren un amplio abanico de posibilidades. Recientemente, la marca adidas ha incluido en su catálogo un modelo infantil muy envolvente y ajustable además de incluir la talla XS a los modelos de la colección evileye halfrim, todas con las garantías y propiedades de las gafas deportivas de adidas.