El verano y sus días de sol y playa van tocando a su fín, y la venida del Otoño es cada vez más inminente. Comienza el colegio para los niños y los adultos nos incorporamos a nuestros trabajos. Tal vez sea un período melancólico para algunos, pero para los apasionados del esqui alpino comienza la cuenta atrás para disfrutar de su deporte favorito en la nieve. Para los que se quieren iniciar en esta práctica, las escuelas de esqui también tendrán su nueva apertura en breve.
No cabe duda de que la estación de Sierra Nevada es la mejor opción de la Península para la práctica de este emocionante deporte que arrastra a multitud de adeptos. Además, garantiza unas óptimas condiciones para dicha actividad gracias a que, en torno a un 75% de los días de la temporada de esquí, el sol y la nieve están garantizados.
En septiembre ya suelen caer las primeras precipitaciones, aunque lo normal es que se vaya de forma rápida, a no ser que sea un año particularmente gélido y lluvioso. Cuando entre noviembre normalmente es cuando se crea la cubierta que formará la base de las posteriores nevadas en los siguientes meses. Así pues, la temporada de nieve comienza, de forma general, a principios de diciembre o a finales de noviembre los años más favorables y se mantiene hasta mayo. De hecho, se trata de una de las más largas que brinda una estación de esquí a nivel europeo.
Casi sin darnos cuenta, estaremos inmersos de lleno en el otoño. En esta etapa de nevadas, los amantes de los deportes de invierno disfrutaremos de Sierra Nevada, cuyas instalaciones (accesos, calidad de las pistas, alojamientos o escuelas) son de primer nivel, debido en gran parte a la inversión que se hizo en 1996 para los Campeonatos del Mundo de Esquí Alpino.