Manuel González ‘Lolo’ a olvidar las congelaciones del Lhotse al Dhaulagiri
Está claro que no es fácil olvidar uno de los momentos cruciales de tu vida, cuando esta pendió de un hilo a 8.000 metros de altura en el Lhotse. Fue en 2011, cuando Manuel ‘Lolo’ González fue protagonista de una difícil situación en la cuarta montaña más alta del planeta, y tuvo que ser rescatado por Damián Benegas, en un épico desenlace con final feliz. No obstante, salió de aquella con secuelas en forma de congelaciones que le recuerdan el episodio cuando se mueve en condiciones extremas de frío y altura en las grandes montañas.
A pesar de ello, el año pasado consiguió hacer cumbre en el Gasherbrum II, compartiendo ascensión con Ferran Latorre y demostrando que las congelaciones no iban a representar un freno a su actividad alpinística. Para este año, vuelve hacer tándem con Juanjo Garra –uno de sus ‘socios’ habituales en los ochomiles- y con el novel gaditano Enrique Osiel para intentar el Dhaulagiri (8.167 m).
¿De dónde sale la idea de ir al Dhaulagiri?
El Dhaulagiri lo teníamos en el punto de mira con Juanjo Garra desde hace un año, y ahora se ha unido al grupo también Enrique Osiel, de Cádiz. Por mi parte, yo la tenía en mente desde 1990, cuando estuve allí con la expedición que hizo la primera andaluza a un ochomil y la segunda española de la montaña, con Manuel Morales.
¿Cómo fue aquella experiencia de 1990?
Aquella fue una experiencia extraordinaria. Habíamos intentado el Annapurna en 1988 y nos quedamos muy cerca de la cumbre. En 1990, organizamos una expedición andaluza en la que también venía el argentino Lito Sánchez, en una época en que todavía existía un Himalaya en un estado bastante puro, con lo que tuvimos que afrontar mucho más trabajo en la montaña, fijando cuerdas, etc. Y nos salió bastante bien. Recuerdo que hicimos cumbre el 5 de octubre… Pero yo tuve problemas de estómago –después me diagnosticarían una úlcera de duodeno- y no pude subir.
Dices que con Juanjo Garra lo teníais hablado desde hace un año, ¿en el Lhotse?
Sí, empezamos a comentarlo en el Lhotse. Allí hablamos de hacer algo esta primavera y salió lo del Dhaulagiri. Además, yo continúo teniendo algo de miedo por las congelaciones que sufrí allí y prefiero ir a los ochomiles ‘bajitos’, o al menos no ir a los cinco más altos. El hecho de que yo ya conociera la montaña, nos terminó de convencer para decidirnos.
¿Cómo estás de aquellas congelaciones? Supongo que bastante recuperado, desde el momento en que el año pasado ya hiciste cumbre en el G2…
Sí, el año pasado estuvimos en el Gasherbrum II y el pie fue bastante bien, aunque duele bastante con el frío… tuve un poco de sufrimiento por el problema con el pie, pero he ido mejorando el material. Esta vez utilizaré plantillas eléctricas y botas de última generación. En el G2 fue todo bien y pude hacer cumbre, y ahora, con el sistema perfeccionado, todavía espero ir mejor.
¿Qué plazos manejáis?
Nos vamos el 11 de abril y regresamos el 1 de junio. Queremos disponer de 35 días de campo base, que creemos que tienen que ser suficientes para hacer cumbre, si la meteo lo permite. Nos acompañará hasta el campo base un trekking de cinco amigos que harán más divertida la aproximación.
¿Y la aclimatación? ¿En la montaña o en algún otro pico por el camino?
La haremos en la misma montaña. No estamos seguros de si van a haber muchas expediciones esta primavera en el Dhaulagiri y creemos que igual hay que trabajar bastante equipando la ruta. Además, también llevaremos un sherpa de altura que nos ayudará mucho en estas tareas.
¿Ruta? ¿La normal?
Sí, la normal.
¿Qué estilo de ascensión?
Un estilo de expedición ligera, equipando los tramos de dificultad para poder subir y bajar sin contratiempos.
¿Llevaréis oxígeno?
No, iremos sin oxígeno.
¿Con qué logística contáis? ¿Sólo vosotros tres?
No, también tendremos el staff de campo base, con un cocinero y Javier Garandilla, uno de los amigos del trekking que se quedará en el campo base para hacerse cargo de las comunicaciones y otras tareas.
¿Qué papel jugará en Dhaulagiri en tu currículum ochomilista?
Ahora tengo cinco ochomiles y este sería el sexto. De momento, tengo ascendidos el Cho Oyu en invierno, Everest, Manaslu, Lhotse y Gasherbrum II… y soy el tío con peor suerte del mundo, porque me tuve que dar la vuelta en el K2 dos veces, desde 8.000 m y desde 8.200 m, y también en el Makalu a la entrada del corredor a 8.100 m… aunque con haber salido de lo del Lhotse, ya voy servido.
¿Qué relación te une con tus compañeros de expedición?
A Juanjo lo conocí en el año 2000, cuando vino como cámara con nosotros al Everest. Después, hemos estado juntos en el K2, el Lhotse… tenemos una amistad desde hace años, nos conocemos bien en la montaña, llevamos un ritmo de ascensión similar y nos llevamos perfectamente.
Para Enrique, esta será su primera experiencia en un ochomil. Nos conocemos por temas profesionales y tenemos una buena relación de amistad. En la montaña, compartimos el trekking del Island Peak. Ellos dos no se conocen pero, conociéndolos a ambos, sé que se llevarán bien seguro.
Fuente: Desnivel