La Asociación Española de Guías de Montaña mantuvo su asamblea anual con la presencia de unas cien personas, entre guías e invitados. Además, del homenaje a Félix Méndez y a Mariano Vallés, José Luis Sánchez, del CSD, y Emilio Serrano, de la Guardia Civil, hablaron sobre la formación profesional y el control de la actividad respectivamente.
El pasado 16 de noviembre, Hoyos del Espino acogió la asamblea anual de la Asociación Española de Guías de Montaña (AEGM). A Gredos acudieron unas 100 personas, entre guías de alta y de media montaña e invitados. Tres generaciones de guías en activo: los de 50/60 años, otros 35/40 y los nuevos titulados de distintas comunidades autónomas se dieron cita.
Como actos finales, los guías entregaron dos insignias de oro. Una a Mariano Vallés, secretario durante 10 años de la AEGM. La otra fue para Félix Méndez (n. 1926) por su papel en los inicios de la profesión en España, ya que bajo su gestión en los años sesenta del siglo XX dirigiendo la Federación Española de Montaña (FEM) se acreditaron los primeros guías españoles. Méndez les dirigió unas emotivas palabras. “Les dije que me alegraba mucho porque habían conseguido lo que yo había soñado, y les di las gracias por su atención al acordarse de mí. Y que me podía morir tranquilo porque lo que yo soñé se había realizado”. Palabras que dieron paso a un prolongado aplauso por parte de los guías.
En los años 60, por mediación de Félix Méndez como presidente de la FEM, se acreditaron los primeros guías españoles. El primero de todos, según explicó Méndez, fue el catalán Antonio Guerra de Balanzó, quien participó en un curso en la ENSA. “Me insistió mucho en que quería ser guía de montaña y, aunque fue muy difícil, conseguí que entrara en la ENSA gracias a mi amistad con Jean Franco”. La clave de este proyecto fue que los guías estaban reconocidos por el Ministerio de Información y Turismo –para ello Méndez se entrevistó directamente con el entonces ministro Manuel Fraga Iribarne– y dependían directamente del presidente de la FEM siguiendo la línea de los guías franceses e italianos. Así, en esos años se acreditaron una treintena de guías reconocidos profesionalmente entre los que está, por ejemplo, Ursi Abajo (ahora asociado número 1 de la AEGM). Cuando Méndez abandonó la presidencia de la FEM el trabajo iniciado no tuvo continuidad. “Lo último que hice fue el dibujo de la insignia que ahora he visto que llevan y que lo presenté en una reunión en Formigal, la última a la que fui, en 1971”. Para que hubiera otra promoción de guías acreditados hubo que esperar hasta las pruebas de 1992, y para la homologación internacional de la UIAGM (la asociación internacional de los guías de alta montaña) y UIMLA (la de los guías-acompañantes de montaña) hasta 1996.
Anteriormente, el director general de Enseñanzas Deportivas, José Luis Sánchez, había explicado la adaptación de las formaciones de técnicos deportivos a la nueva ley de enseñanza, en cuya mesa de trabajo la AEGM está representada.
Por su parte, Emilio Serrano, comandante director de la Escuela de Montaña de la Guardia Civil de Jaca, les informó del trabajo de la institución para verificar que quienes ejercen como guías están cumpliendo las normativas estatales y autonómicas que regulan la profesión, como por ejemplo las inspecciones que realizó en el último año la Guardia Civil del Barco de Ávila. Serrano explicó el papel de control e información que llevan a cabo, y señaló que aunque no tenga capacidad sancionadora, en caso de encontrar anomalías legales o indicios de riesgo en la actividad, podría abrir diligencias e iniciar un procedimiento administrativo, así como hacerlo constar ante un juez en caso de que finalmente se produjera un accidente.
Además, intervino el director del parque regional de Gredos para hablar sobre la reciente polémica por el cobro del aparcamiento en la Plataforma –punto clave para las excursiones a la Laguna Grande y las ascensiones al Almanzor, por ejemplo-, y adelantó que se están buscando nuevas fórmulas para llevarlo a cabo.
Fuente: Desnivel
