Luces y sombras de los helicópteros de rescate en Nepal

Luces y sombras de los helicópteros de rescate en Nepal

Los pilotos de helicóptero están llevando a cabo en Nepal rescates hasta hace poco imposibles, arriesgando la vida. Sin embargo esta vertiente heroíca tiene otra más material: el helicóptero no se pone en marcha hasta que no se paga el costo estimado del servicio. En el caso del rescate de Juanjo Garra el helicóptero no comenzó a trabajar hasta que no se depositó un aval de más de 70.000€, lo que hizo se perdieran unas horas preciosas.

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Uno de los héroes del intento rescate de Juanjo Garra en el Dhaulagiri fue Keshab Gurung, el porteador de altura que le acompañó durante tres noches vivaqueando a más de 7.600 metros. Otros personajes que lo dieron todo fueron Jorge Egocheaga, Ferrán Latorre y Álex Txikon los alpinistas desplazados desde el campo base del Everest y que subieron a toda prisa el Dhaulagiri para intentar llegar hasta el accidentado. Y también Ningma Sherpa y los otros tres sherpas que participaron (de los que desconocemos el nombre).


Junto a todos ellos, otra figura heroica esos días en la Montaña Blanca fueMaurizio Folini, el piloto del helicóptero de Simone Moro que realizó arriesgados vuelos a gran altura para intentar localizar a Juanjo Garra y sacarlo de la montaña. Manuel ‘Lolo’ González asegura que “lo que hizo el piloto a ochomil metros es descomunal, se ha estado jugando tres días la vida allí arriba”. Lo comparte Enrique Osiel, su compañero de expedición, quien coordinó el rescate desde el campo base: “Estaba volando por encima de su límite”.

Las luces

Lo cierto es que los rescates en helicóptero en las altas montañas de Nepal han evolucionado enormemente durante los últimos años, gracias a aparatos más potentes y pilotos más intrépidos. No hace mucho tiempo atrás, los alpinistas tenían muy claro que en la montaña sólo contarían con sus propios recursos ante una eventual situación de emergencia. Deberían ser autosuficientes para bajar si ocurría cualquier eventualidad. La irrupción de los potentes helicópteros B3 dio un vuelco a la situación. En 2010, Juanito Oiarzabal, Carlos Pauner y Horia Colibasanu fueron evacuados de las cercanías del C4 del Annapurna, a unos 6.950 metros, por un equipo suizo formado por Patrick Aufdenblatten y Richard Lehner que realizaban una formación a pilotos locales cuando sonó la señal de alarma.

Aquella acción de rescate dio la vuelta al mundo por su osadía y altitud excepcional. Tres años después, el helicóptero de Simone Moro pilotado por Maurizio Folini, abanderado en la compañía Fishtal Air, ha batido todos los récords en el Valle del Khumbu, donde ha llevado a cabo varios rescates por encima de 7.000 metros. Entre ellos, destaca el impresionante vuelo que salvó a un alpinista canadiense por encima de laBanda Amarilla, a unos 7.800 metros de altura.

De hecho, en el propio Dhaulagiri, Folini consiguió sacar a Keshab Gurung del campo 3, y un alpinista indio por encima del C3, pero le era imposible rescatar a Juanjo Garra en el punto en que se encontraba. Aunque había rescatado hacía pocos días a una persona en el Everest a 7.800 metros, a la altura de las bandas amarillas, esta montaña está más protegida de los vientos que el Dhaulagiri donde su «techo» para efectuar un rescate era inferior.

“Maurizio nos decía que si lo poníamos en el campo 3 él lo sacaba en un momento…”, recuerda Lolo. Además de los dos rescatados mediante «Long Line» (colgando de una cuerda) en el C3 y por encima, el helicóptero evacuó a otras cinco personas (dos alpinistas indios y tres sherpas) desde un punto a más de 6.000 metros entre C1 y C2.

Las sombras

Pero la gestión de los rescates en helicóptero en Nepal está envuelta en un halo de escasa claridad y mucha burocracia en el que es fácil perderse y en el que intervienen autoridades locales, autoridades del país de origen de los alpinistas, aseguradoras internacionales, agentes y operadoras. Una maraña que a menudo provoca abusos y, en el mejor de los casos, retrasos importantes en los momentos cruciales de una operación de rescate, es decir, las primeras horas.

Enrique Osiel, que estaba en el campo base del Dhaulagiri, cuenta lo que ocurrió en el rescate de Juanjo Garra: “Yo tuve conocimiento del accidente a las cuatro de la tarde [del 23 de mayo] y desde primera hora nos pusimos a trabajar  en el tema del helicóptero. A las cuatro de  la tarde del día siguiente aterriza el helicóptero en el campo base del Dhaulagiri”.

¿Qué sucedió en esas primeras 24 horas? “Fueron muchas horas de problemas burocráticos y muchas llamadas: al seguro, al consulado… se llamó a medio mundo”, cuenta Enrique Osiel, que reconoce que llegó “un momento en que nos agobiamos porque la póliza de Juanjo no cubría la cantidad que nos pedía la compañía; hasta que el papel de confirmación del pago no llega a Fishtail Air, no hay orden de vuelo”. En el campo base del Everest, Álex Txikon, alertado por la llamada de Sebastián Álvaro, localizó a Simone Moro la misma tarde del 23 de mayo y le comunicó la necesidad que había de un helicóptero para un rescate en el Dhaulagiri, aunque el italiano necesitaba la orden de vuelo de Fistail Air para ponerse en marcha.

“A primera hora [del 24 de mayo], Maurizio ya sabía que tenía que volar al Dhaulagiri, pero estaban dándole traslados y servicios en el campo base del Everest”, apunta Enrique Osiel, quien añade que “Maurizio le preguntaba al copiloto a que esperaban para marchar al Dhaulagiri, pues había un rescate muy importante que hacer; pero le decían que primero tenían que terminar en el Everest y que luego ya irían al Dhaulagiri”.

Por lo visto, la orden de vuelo fue emitida entre las doce del mediodía y la una de la tarde, y todavía hubo que esperar algunos minutos más antes de que el helicóptero finalmente emprendiera el vuelo hacia el Dhaulagiri.

Para que se ponga en marcha un rescate en el Dhaulagiri necesitas tener un aval de 70.000€

Puestos al habla con Jordi Merino, presidente de la Federació d’Entitats Excursionistes de Catalunya (FEEC), nos confirma las siguientes cifras: el seguro de la Federación (Vida Caixa) que tenía Juanjo Garra cubría 25.000€, pero inmediatamente le pidieron ampliarlo con un aval de 60.000$ (46.275€, que de manera inmediata autorizó), cantidad a sumar a los 25.000€ que ya cubre el seguro contratado por la FEEC. Al día siguiente le vuelven a pedir un segundo aval de 30.000$ (23.139€). Jordi Merino aclara que no significa que este haya sido el costo del rescate, pues todavía tienen que recibir las facturas definitivas con toda la información. Tampoco está claro si el rescate de los alpinistas indios se descontará de la cantidad avalada por la FEEC o, por el contrario, se facturará de manera independiente a la expedición india.

En cualquier caso el helicóptero no se puso en marcha hasta que Fistail Air no tuvo garantizado un primera aval de 71.275€. El total aportado hasta el momento sumando la cantidad cubierta por el seguro FEEC (Vida Caixa) que tenía Juanjo Garra, más la cantidad avalada por la FEEC para este rescate ha sido de 94.414€. Según estos datos hay que pensar que para un rescate en un ochomil de las características del Dhaulagiri el helicóptero no comenzará a trabajar sino tiene avalados alrededor de 70.000€

Fraude generalizado

The British Mountaineering Council ha realizado un completo informe sobre la situación de los helicópteros de rescate en Nepal publicado la semana pasada. Bajo el título High flying: helicopter rescue in Nepal investigated (Volar alto: el rescate en helicóptero en Nepal investigado), la institución británica profundiza en los “abusos y fraudes” que rodean a los rescates en helicóptero en el país asiático y que afectan muy especialmente a los trekkings que se llevan a cabo en sus valles de montaña.

El elevado precio solicitado por los rescates se debe a varios factores, según el BMC. El primer factor es el coste de los aparatos (unos 2,5 millones de dólares) y de los seguros (un 15% del valor del helicóptero por año, es decir, unos 375.000 dólares anuales) que tienen que afrontar las operadoras. A partir de ahí, se añaden costes derivados de un sistema poco transparente de agentes intermediarios y comisionistas, en un dibujo global marcado por la gran competitividad entre las cuatro operadoras de este servicio que existen en Nepal.

El panorama queda completo con la siguiente reflexión, citada por el BMC en boca de un piloto de helicóptero que prefiere guardar el anonimato: “Un cliente puede estar pagando 1.500 dólares por un trekking en la región del Everest, pero si se pone enfermo, la agencia de trekking puede sacar 2.000 o 3.000 dólares de la comisión por el helicóptero de rescate”. Según las fuentes médicas consultadas por el BMC, al menos el 30% de las evacuaciones en helicóptero no serían necesarias (una cifra que se podría elevar hasta el 80% si se contabilizan casos indemostrables de mal de altura).

El resultado es una extendida trama de fraude a las aseguradoras internacionales, que redunda en un continuo aumento del coste de las pólizas para los montañeros occidentales.

Los 5 grandes fraudes

Estas son las cinco estafas que el BMC ha identificado (y probado) en los rescates en helicóptero en Nepal:

1. Evacuación innecesaria: Montañeros poco experimentados son persuadidos por guías u otros de que necesitan tratamiento urgente en Katmandú (por mal de altura), cuando descender o unos analgésicos serían suficientes.

2. Cobrar de más por el rescate.

3. Cobro doble por el mismo rescate: Dos aseguradoras son cobradas por un mismo vuelo de rescate en el que son evacuados dos montañeros.

4. Falsa emergencia para acelerar el regreso: Alpinistas o senderistas consiguen certificados médicos falsos para acelerar su regreso después de la expedición volando de vuelta a Katmandú.

5. Vuelos de rescate ‘preprogramados’: Como punto final a una expedición, mediante falsos certificados médicos.


Fuente: Desnivel

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