Alimentación y montaña: una relación crucial

El equipo básico, calzado, mochila… Hay muchos aspectos relevantes a la hora de disfrutar de una o varias jornadas en la montaña. Sin embargo, uno de los detalles esenciales para que nuestras marchas o excursiones por la montaña lleguen a buen puerto tiene que ver con el cuidado de la alimentación.

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Es crucial que a lo largo del tiempo que disfrutemos haciendo trekking nos preocupemos de ingerir la cantidad adecuada de nutrientes esenciales. Una cifra que en nuestra vida diaria se concreta en las siguientes proporciones:

– 50-60% de hidratos de carbono
– 30-35% de grasas
– 10-15% de proteínas

Como se puede apreciar, los hidratos de carbono son un nutriente muy importante. Es más, en la montaña se convertirá en un aporte esencial para nuestro cuerpo ya que los carbohidratos son el combustible principal para nuestros músculos. De modo que no estará de más incrementar la ingesta de alimentos como la patata, la pasta o los cereales. Con ellos garantizaremos un buen aporte de energía a nuestro organismo. Y si además este aumento en el consumo se lleva a cabo con días de antelación, el éxito está garantizado.

Muy recomendable resulta también ingerir un buen desayuno que contenga todos los nutrientes en la proporción que comentábamos al principio. Cereales, leche, queso y fruta entre otros alimentos, serán un perfecto pistoletazo de salida que “allanará” el transcurso de la jornada. Y para que no desfallezcamos a lo largo de nuestro trayecto conviene llevarse un “picoteo” ligero, pero eficaz, compuesto a base de frutos secos o barritas energéticas. Una opción perfecta para tener nuestro cuerpo a punto en tiempo récord, sin llegar a empacharnos. No olvidemos que la pesadez puede ser uno de nuestros peores enemigos en la montaña.

Por último, conviene recordar que en el número de calorías a ingerir influirá el clima en el que nos movamos; reservando una cantidad alta para los climas fríos y una más baja para los más cálidos. Y que la hidratación es básica para llegar a buen puerto. No esperes a tener sed. Ingiere líquido en cantidades moderadas de manera continuada. De ese modo evitarás la temible pájara y te asegurarás disfrutar al 100% de la experiencia. Un truco para controlar el estado de nuestra hidratación es fijarnos en el color de nuestra orina. Una tonalidad clara o pálida indicará que hemos ingerido suficiente agua y que por tanto nuestra “maquinaria” está a punto.

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